Si me vas a conquistar, ámame ahora mientras yo pueda
gozar de todos los tiernos y dulces sentimientos que fluyen del cariño
indiscutible. Ámame ahora mientras viva. No esperes a que me haya ido para
grabar en mármol blanco palabras de amor ardiente en piedra fría.
Si tienes pensamientos cariñosos y dulces acerca de mí, ¿por qué no me los
susurras ahora al oído? Es lo mismo que te
digo a través de la radio cada noche. Hoy deseo oír tu voz apasionada.
Si esperas a que esté dormido para nunca más despertar, habrá paredes de tierra
entre nosotros y no podré oírte decir lo que deseo oír hoy.
No necesitaré de tus caricias cuando la hierba crezca sobre mi cara. No desearé
tu cariño o tus besos en mi último lugar de descanso, así que si me amas,
aunque sea levemente, házmelo saber mientras estoy vivo.
Paco Morán (12-9-2001)
La vida ofrece momentos; la muerte nada