Otoño de nostalgia, sensibilidad, recuerdos. Un
cerrar de ojos y volver al pasado y recordarte en cada
momento como si lo estuviera disfrutando en este instante. Otoño que encierra la
belleza del color en tus ojos al trasluz mientras observo a través del cielo los
pequeños rayos de sol que me regalas en este día. Un día donde el frío y el
viento son mis únicas compañías. El Vagabundo va caminando por las noches
radiofónicas sintiendo tu aroma, la humedad y el rugir de las hojas que a mi
paso voy despedazando con mis pies.
Otoño que se lleva todos mis secretos. Sigo en esta
estación tus pasos bajo un cielo que se desploma ante mi tristeza. Sólo
los rayos del sol que me trae la mañana iluminan mi oscuro rostro. Me cuenta mi
recuerdo que tú llegaste del frío y en brazos del viento. Que me trajiste un
paisaje con tu voz aterciopelada llena de matices. Hoy El Vagabundo sigue
gozando del caminar en la noche del otoño silenciosa y vacía. Lleno de tonalidades,
disfruto en cada paso y en cada palabra que te entrego. Espero en mi ventana
que ella me entregue las hojas que ha cortado el otoño. Seguro que serán las
más bellas hojas que seleccionará para mí. Pero a veces no sé si salir de mi morada
para desafiar al frío y reunirme con ella. Esperar o desesperar ante su llegada
me tiene en vilo.
Quiero vivir con ella este hermoso otoño andante para
sentirme como esa última hoja que el
otoño ha dejado en el suelo. Aquella hoja que lucha contra el viento y se
aferra a la rama que la sostiene y trata de ser fuerte para no caer.
Paco Morán (22-11-2000)
Me gusta el chirriar de las hojas que corta de otoño