Cuando no tengas a nadie con quien hablar. Cuando
no tengas nada mejor que hacer o un libro se te caiga de las manos. Cuando te
falle una cita. Cuando necesites sentirte acompañado y al mismo tiempo no ver a
nadie. Cuando estés aburrido. Cuando te veas conduciendo por una solitaria
carretera. Cuando caminas por tu imaginario desierto, escucha la radio.
Mientras esperas al sueño.
Mientras esperas a un cliente. Mientras aguardas para salvar la vida del que
espera en el quirófano. Mientras vigilas en tu puesto de guardia. Mientras
esperas a que te llegue la inspiración. Mientras haces el amor. Mientras te
fumas el último cigarrillo apurando el último whisky, te invito a escuchar la
radio de El Vagabundo.
Desde que las estrellan aparecen en el cielo
profundo del infinito. Desde que pasas las noches removiendo recuerdos para
viajar al pasado, El Vagabundo te ofrece una radio en la que no habla, susurra.
No sé emocionar, al menos eso creo pero El Vagabundo
quiere ser la esencia de la radio en la noche. No entro por el oído, entro por
el corazón. La profundidad de mis palabras sólo busca tocar la parte más
sensible de tus sentimientos. El mundo gira alrededor de tus pies utilizándote
como instrumento de la creación. Sólo formas parte de la escena con el telón
por subir. Eres un mero espectador de la noche. Durante el día estás metido en
un inmenso repertorio que forma la tragedia histórica de tu vida.
Ni héroe ni malvado. El Vagabundo sólo quiere ser
una rebelde causa que busca la liberación personal en un milenio sórdido y
confuso. Mientras esperas el fin de los tiempos sentado en el umbral de la
esperanza escucha la radio.
Paco Morán (8-3-96)
Ya no podrás volver atrás porque la vida te empuja hacia delante como un
aullido interminable