Llegabas cansado. El día, comentaste, fue duro. Era ya muy
tarde, se recogieron las calles, todo estaba oscuro.
El salón con dulce aroma a leña,
el fuego crepitando en la chimenea, la música brasileña con sabor a fiesta.
Exóticas velas con afrodisíaca fragancia a canela...
Mi amiga y yo, con la risa
puesta. Mi amiga, sí, esa que tanto te
gusta, aunque tu lo desmientas; hay cosas, hay cosas cariño que no pueden estar
ocultas.
Te sientas a la mesa y nosotras,
vamos y venimos, del salón a la cocina, trayendo viandas y vino.
Hablamos los tres, bebemos y
reímos y, poco a poco, la noche viste color tinto.
El sofá redujo su medida, a cada
lado de ti, ella y yo desternillándonos de risa. Carcajadas incluso, sí,
también carcajadas. Seis piernas peligrosamente unidas, tres libidos
enardecidas...
Como palabras de un verso que
puede escribirse del revés y del derecho, me besas, la beso, te besa y te beso.
Poco después sin saber cómo y
por qué pasaba, acabamos los tres, juntos,en nuestra cama. Te gustó, me gustó,
le gustó.
Al momento se emancipó la fidelidad, con nuestros
cuerpos desnudos no supo dónde estar.
Las curvas hipnotizantes de
su cuerpo, tu boca ávida como la de un sediento, la pasión encendida que
sacudió mi cuerpo... nos llevaron sin remedio, a un revoltijo de bocas y sexos.
Hormonas locas con poder absoluto
lograron cuadrar el triángulo olvidando todo tipo de prejuicios. Tu, yo y
ella... o, ella, tu y yo... todas las combinaciones resultaron perfectas
cuando a la pasión habíamos dado rienda suelta.
Culminado todo, agotados, terminamos los
tres, con un tierno abrazo.
Al despertar sólo tú estabas a mi lado.
La luna en tus ojos, el sol en tus labios. ¿Fue real o lo he soñado?
¡Qué más da si estamos
enamorados!
Julia (9-9-2012)
A veces, sólo a veces, encontramos nuestra fantasía sexual en el sitio menos inesperado
A veces, sólo a veces, encontramos nuestra fantasía sexual en el sitio menos inesperado