Soy yo el
que te habla, un hombre que lanza sus mensajes desde la orilla de las aguas del
Atlántico. El Vagabundo aparece en la radio cuando ya todos han hablado, cuando
ya el día se esfuma y el ocaso aparece en tu vida. El Vagabundo te estimula
para que le acompañes por su tradicional paseo nocturno, un recorrido por las
frecuencias de lo desconocido que te afirmará en tus deseos de descubrir una
nueva sensación interior. A esta hora romántica y oscura lanzo mis mayores
deseos de solidaridad. He decidido llenar este espacio de radio desde la
imaginación que me ofrece este paisaje milenario.
Cuando
quizás la radio hoy se ha convertido para ti en una jaula de grillos, donde las
voces radiofónicas han mencionado las guerras y las discordias de este sórdido
día, llega El Vagabundo para contarte algo nuevo, un nuevo intento por abrir tu
expectativa a la nueva vida que por delante de ti florece. Una nueva vida en la
que la lágrima será un símbolo de emoción y de alegría. Llego sin nada que pedirte
y proporcionando fieles reflejos de bondad a quienes me escuchan. Llego para
darte lo que durante el día nadie ha podido o querido darte. Llego con el aval
que me ha dado mi sedentaria vida por los sombríos caminos.
Cuando ya
todos han hablado, ahora tú me visitas para que nuestras palabras formen una
orgía de sentimientos. Nuestras palabras pretenden hacerte saltar del profundo
hoyo que te rodea, que te atrapa a su inestimable antojo. Ya habrá merecido la
pena pasar frío en esta noche intensa si al final El Vagabundo consigue lo que
pretendes. Tú como yo, podemos formar un ejército de viejos compañeros de la
soledad y la zozobra.
Paco Morán (21-12-95)