A veces, las historias suceden
por coincidencia. A veces, detrás de unas palabras nunca se sabe cómo éramos
entonces antes de conocernos, ni como nos sentíamos antes de encontrarnos. A
veces, tras una imagen auditiva nunca sabes si hay una mentira o una verdad. A
veces, el destino quiere que dos personas se encuentren, como a veces las
estrellas coinciden con la luna y no saben como reaccionar. Tú y yo solos sabemos
que cada noche nos esperamos en la radio. Y mutuamente sin saber por qué, sin
saber dónde estás ni quien eres, pero sé que un día llegaste a mí y desde
entonces la cita se ha enquistado.
Y cuando llega la noche y llego a
ti y tú llegas a mí, lo haces como un aire limpio y fresco que me hace respirar
algo puro. Cuando me siento cansado y ahogado, nada me hunde porque tú portas
la soga de mi salvación. Cuando nada me dejaba ser feliz apareces con tu oda de
sensibilidad, siempre esperando mis palabras sin pedir nada a cambio. Bueno, la
verdad es que yo tampoco pido nada. Líbreme Dios de pedir nada con todo lo que
tú me das.
Ahora que tengo aire libre lleno
de pureza y puedo ver con claridad, veo con mis profundos ojos tu ternura y
calidez. Veo a alguien en quien confiar. Nunca nos prometemos nada pero nos
entendemos. Solo sé que entre tú y yo hay algo puro, limpio, libre, apasionado
y sincero.
Paco Morán (11-8-2008)
A veces, solo a veces, encuentras
lo que deseas tener siempre.