Como cada año llegará el carnaval. Y como cada periodo
nos cogerá a su llegada con la careta puesta disfrazado de toda la mentira que
representamos en el gran teatro del mundo. No es más mentira la máscara de
Napoleón o Josefina que el gorro de un vikingo o el maquillaje de un piel roja.
Todos tenemos siempre una
careta puesta con la que nos escondemos para interpretar lo que queremos ser y
no somos. Una careta con la que engañamos y traicionamos esperanzas. Y a veces
nos enfundamos la máscara por unas monedas o una pequeña dosis de fama o poder.
Quizás en carnaval aparezca la única oportunidad que tiene el ser humano de
interpretar lo que sus deseos han escondido en cada realidad vivida, de ser en
definitiva, lo que quisiéramos ser en el futuro y no seremos.
En el fondo cada uno de
nosotros somos indios, napoleones, piratas, locos, brujos, emperadores, reyes,
párrocos, proxenetas, dictadores, imbéciles o simplemente vagabundos. En
carnaval, podemos ver al mundo como lo que realmente es, un inmenso manicomio.
Paco Morán
(20-4-97)
La mujer fue creada para un solo hombre, pero esto es
mentira, pocas lo cumplen. El hombre fue creado para una sola mujer, algo
cierto pero demasiado aburrido