Creo en la vida porque la siento correr por mis venas. Creo en la existencia porque encuentro sustancias poderosas llenas de vida por todas partes, disfrazadas de pájaro, de flor, de hormiga, de hipocresía o tal vez de belleza. Todo mezclado perfectamente para ser partícipe de nuestra existencia. A veces una presencia alborotadora y a veces sosegada. Creo en la vida porque la siento y la huelo cuando paseo por las calles de esta ciudad que me vio nacer. Esta ciudad a la que le llamo Onuba. Creo en la vida porque la siento debajo de los andrajos de los vagabundos.
Veo la vida en la adolescente que corre para coger el autobús que se marcha a toda prisa. Veo la vida en las grandes terrazas de los bares y en el amplio mar de las vanidades. Veo y creo en la vida porque me da pruebas cada ciclo de su existencia.
Y también creo en el amor porque me ha visitado. Muchas veces ha llegado a mi casa y a mi corazón. Y cuando llegó siempre le di cobijo, porque no hay nada más hermoso que dar refugio al amor cuando te sorprende en los brazos de una bella dama. Porque las mejores noches las he pasado en su compañía.
Y creo en la vida, porque la veo en los ojos y en los labios de las muchachas. En las manos de los enamorados cuando se sientan en los bancos de los parques y en las raíces de la espera del árbol que brota en busca del amor sincero.
El Vagabundo cree en la vida cuando pasea cada noche por las solitarias avenidas, escuchando música y mandando mensajes de fraternidad y amor. Y creo también en la libertad y en los hombres que han luchado por ella. Hombres y mujeres que gritaron ante un pelotón de fusilamiento reclamando su independencia. Creo en los que luchan por sus ideales y son encarcelados por ello. Porque sé por experiencia lo que llora un pueblo al que le roban su libertad. Creo en la libertad porque la necesito para vivir.
Paco Morán (8-7-95)
Prefiero vivir de pie que vivir siempre arrodillado
( Ernesto Che Guevara )
