Yo desnudo el
silencio de tus ojos y me guardo el sagrado misterio de descubrir tus secretos.
Razones ocultas que van ahogando día a día mi ansiedad de amarte. El crepúsculo
de la noche oscura va desbordando mi loca devoción por acariciarte. Como una
bestia con sed de devorarte cubro mi pasión sobre una almohada, pues con ella,
desvelo mis anhelos sintiendo que se van todos mis miedos. ¿Quién puso tu voz
en mi camino para producir el llanto? ¿La casualidad o el destino? Sea como
fuere, deseo seguir avanzado para descubrir tus encantos.
Paco Morán (12-11-2009)
Hay voces que seducen con la primera sílaba