La
radio es una interferencia que a veces no pueden soportar los maridos celosos,
ni tan siquiera los amantes que llevan la enfermedad como posesión infernal de
su cortejada. A veces, las ondas radiofónicas se convierten en un enemigo que parece
que quiere robarle la esposa a alguien. Ahora mismo, la voz de El Vagabundo
puede mezclarse para ralentizar miles de caricias amorosas. Caricias que se
están produciendo mientras amas.
Ella
queda oyendo lo que El Vagabundo detalla y él se resiente. No quiero ser objeto
de discordias, sólo pretendo adherirme a la fastuosa escena que estáis
erigiendo. Voy a unirme al bello acto erótico, pero no temas amigo, mi
intención sólo es la de ser un espectador del acontecimiento. Os pido que me
concedáis permiso para ello. ¿Y si hacéis un hijo mientras oís al Vagabundo?
Sería el comienzo de una nueva generación. Os aconsejo que cerréis los ojos,
que relajéis los músculos y os abandonéis al recuerdo. Dejaros llevar en este
acto de amor por la pura inercia del deseo y escuchad esta música que os
entrego. Tiene todos los ingredientes para surcar los océanos de la
imaginación. Intimidad, magia, silencio, relax...Todo te lo entrega El
Vagabundo con el simple hecho de apretar un botón y elegir esta limpia y
sincera frecuencia de radio. Te vuelvo a repetir amigo mío, que El Vagabundo no
acaricia a quien no le pertenece, sólo a quien se deja acariciar. ¿Lo tienes
claro? No quiero ser protagonista de historias de infidelidades. No tengas
celos de mí. Te seré fiel amigo mío porque mientras me sigas oyendo cada
madrugada tu bella dama no caerá en mis brazos.
Paco Morán (24-4-93)
Eres como
una noche silenciosa y estrellada. Me gusta cuando callas, porque tus ojos son
los que hablan