Las
palabras por sí solas tienen poca vida, pero las palabras en feliz conjunción producen
algo que hace vivir y germinar nuevas ilusiones para caminar hacia la felicidad
íntegra. Así como el suelo, el clima, la arena y el mar viven en feliz conjunción,
una buena semilla hará crecer un árbol y florear un jardín. Una palabra por sí
sola no haría crecer el árbol de la subsistencia resplandeciente, pero si
tienes las suficientes, harás brotar todo lo que tú quieras alrededor de tu
hábitat. Tal vez tengas que esperar, pero tarde o temprano verás nacer los
sembrados.
El Vagabundo
tiene las suficientes palabras para insistir cada noche en algo que persigue
desde su nueva y solitaria vida. Nunca descansaré hasta conseguir lo que busco
y deseo. No voy a descansar hasta ver crecer el árbol de la solidaridad y el
amor. No me importa esperar porque la paciencia es mi gran virtud. No me importa que la mayoría de mis semillas
caigan en las rocas del desprecio. No me importa que mis palabras y pepitas se
las lleve el viento, porque sé que algún día, la más pequeña atravesará todos
los obstáculos y allí germinará a la caída de la tarde. Y si no lo hace esta
tarde, lo hará en la tarde de mañana.
El Vagabundo
tiene la suficiente paciencia y las suficientes semillas como para conseguir lo
que ansía y escudriña. Lo intentaré una y otra vez. No conozco el desaliento. No
me derrumbo tan fácilmente. Estoy perpetrado a prueba de fracasos y por mucho
que te escondas, acabaré encontrándote. Tú y yo estamos condenados a entendernos
y por mucho que te empeñes en seguir siendo un condenado al sufrimiento, mis
semillas germinarán en tu vida para florear tu oscuro y sombrío jardín.
Paco Morán (23-4-95)
Creo
en los besos, en la alegría, en la lucha y en las buenas palabras