Pronto llegará el otoño amor mío. Será el primero
que vivas junto a mí. Mis ojos serán el espejo donde te mires cada madrugada.
Mis ojos yacerán para que el reflejo del crepúsculo lento busque tu sombra. Las
hojas de los árboles caerán para posarse en tu corazón, mientras que cae la
noche azul sobre nosotros. Pegada a mis brazos como una enredadera más de la
naturaleza, oiré tu voz lenta que se apagará pausadamente para otorgarme bellas
palabras de amor. Una voz en calma producto de la paz interior que se perderá
por tus recovecos más íntimos del existir. Caerán lágrimas sobre nuestras
mejillas como símbolo de nuestra felicidad.
Con tu pañuelo blanco de seda, secaré el líquido
salado antes de que caiga sobre la arena mojada. Ya siento princesa como tus
ojos viajan hacia el otoño. Pronto llegará la nueva estación y yo entraré en
ella con tu mano entrelazada mientras nuestros cuerpos jugarán para componer la
escena más hermosa que pueden protagonizar dos seres humanos que se aman.
Paco Morán (8-9-94)
No me importa que esté la noche
estrellada si ella no está junto a mí