Las palabras y las promesas se
las suelen lleva el viento. Los compromisos no atan, ni tan siquiera los
firmados en el papel sellado de la amistad. El que menos te lo esperas, el
mejor amigo, te la puede jugar. Esta sociedad se ha convertido en la ley de la
selva. Si no eres una fiera y te niegas a arañar y gritar, mantente en tu
lugar, pero siempre en alerta.
El Vagabundo te pide que no
colabores en la farsa de la vida. Te ruego que no seas partícipe de los engaños
y traiciones. Te pido que no contribuyas a provocar el caos. No te fíes de
nadie. No confíes en nadie, ni tan siquiera en mí. Al menos hasta que no pase
este tiempo sórdido y confuso. Hasta que no acabe este tiempo miserable que nos
tiene envuelto en la desconfianza. Al menos, hasta que llegue un viento fresco
y nuevo que se lleve todas las mentiras. Ya tendrás tiempo hermano de encontrar
lo que buscas. Ahora tu misión y tu deber es estar siempre observado y
vigilando al que a tu alrededor se acerca.
Paco Morán (31-1-94)
Me gustaría firmar
un contrato con un apretón de manos, pero...